Consecuencias de los incendios forestales

Los incendios forestales naturales han ocurrido desde siempre como un elemento normal en el funcionamiento de los ecosistemas. El fuego ha permitido la regeneración de diversos ecosistemas y la producción de una serie de hábitats en los que distintos organismos pueden prosperar. No obstante, la enorme proliferación de los incendios a causa de la actividad humana en estas últimas décadas sobrepasa la capacidad de recuperación natural.

Entre las diversas formas de impacto que producen los incendios forestales se pueden destacar las siguientes:

Erosión del suelo al desaparecer la capa vegetal. Esta desprotección del suelo frente a la elevada erosividad de las lluvias provoca grandes pérdidas de suelo y nutrientes, pero no es solo este el efecto sobre el sistema edáfico. Las altas temperaturas modifican la composición biológica y química del suelo.
Muerte o daños físicos a una parte de la población animal de la zona, especialmente la que tenga menos movilidad (invertebrados, crías de aves o mamíferos, etc.), por quemaduras o intoxicación respiratoria.
En algunas ocasiones, muerte o daños físicos a las personas que intervienen en la extinción de los incendios o que resultan atrapadas por él.
Ocasionalmente, perjuicios a la salud de las poblaciones humanas próximas.
Destrucción de bienes e infraestructuras (casas, almacenes, postes de electricidad y comunicaciones, etc.)
Corte temporal de vías de comunicación.
Perjuicios económicos por la pérdida de madera y/o productos alimenticios, así como los costes de las labores de regeneración de las zonas afectadas.
Alteraciones, a veces de forma irreversible, del equilibrio del medio natural.
Contaminación de ríos que reciben las aguas de lluvia que atraviesan la zona quemada arrastrando partículas y cenizas en suspensión.
Impacto sobre el paisaje.



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